lunes, 12 de julio de 2010

Para qué sirve meditar









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Meditación

Meditación es el descubrimiento de nuestro punto de silencio interior, que es como una aguja de la brújula que nos guía hacia la dirección correcta en el momento correcto. Volverse silencioso, calmado en medio del océano de acciones agitadas y ruidosas, es una elección personal. Cuando esto se consigue, la calma actúa para la mente como oxígeno, proporcionando la respiración para entender y enriquecer la vida. Por supuesto, las acciones son necesarias, como expresión de nuestro ser a través del tiempo, las relaciones y los roles que interpretamos. Sin embargo, si no nos detenemos de vez en cuando y tomamos un respiro de silencio, entonces la mente empieza a sofocarse, los pensamientos se aceleran y el cerebro se experimenta como si estuviera en una olla a presión. Las emociones erupcionan y reaccionan como volcanes, los ojos se marean con las montañas de información y la cabeza se siente como una montaña rusa. Esto es estrés. La cabeza necesita subir para respirar, dejar la jungla de presiones, fechas límite y velocidad y desacelerar para encontrar el punto de silencio interior.

La meditación es el método para encontrar ese punto que recarga la mente con paz, claridad y equilibrio. La meditación supone:

1. Retornar.
La meditación es el método para retornar a las cualidades originales del ser: paz, pureza, amor, dicha y sabiduría. Sólo podemos hacer esto llevando nuestros pensamientos hacia el interior.
Empiezo a encontrar mi fortaleza original reuniendo la energía de mi mente. Con pensamiento concentrado, me enfoco en reencontrarme con mi verdadero ser.

2. Relajarse.
En la meditación la mente se desconecta de los pensamientos de todo lo externo y se conecta con el ser interior. De esta forma puede recibir la corriente positiva de la fortaleza original del ser: una fuente pacífica de energía. Sin embargo, al principio puede ser difícil desconectar todos los enchufes de nuestra vida cotidiana: los enchufes del apego, la preocupación, la velocidad, etc. Requiere un esfuerzo.
A medida que me conecto con la ?fuente puntual? de energía del ser, localizada en el centro de mi frente, empiezo a relajarme, a eliminar de la mente las muchas tensiones y demandas del mundo exterior.

3. Recordar.
A medida que la mente se relaja y se concentra en la ?fuente puntual? de energía de paz, la persona empieza a recordar su identidad espiritual. La causa de que las personas estén tan desorientadas en sus vidas y de que a menudo encuentren la vida aburrida, tediosa o vacía es que han olvidado quiénes son realmente.
En el silencio, yendo hacia el interior, empiezo a recordar lo que he olvidado: soy un ser espiritual, una fuente puntual de energía positiva. Mi espíritu es mi realidad!

4. Soltar.
A medida que recordamos la realidad olvidada del ser como un ser espiritual y empezamos a experimentar nuestra fuente interna de paz, nos liberamos de la negatividad de nuestra mente: pensamientos de desperdicio y pensamientos llenos de dudas, miedo y preocupación ? los tres grandes dragones que dominan nuestra mente constantemente.
A medida que empiezo a gobernar mi propia mente, me libero de la preocupación que deja lisiada mi confianza, del miedo que secuestra mi coraje y de la duda que ridiculiza cada intento que hago de devolver la esperanza a mi vida.

5. Reaprender.
A medida que nos volvemos libres, empezamos a respetarnos a nosotros mismos y reaprendemos qué significa valorar nuestro ser, nuestra vida y nuestra existencia en esta gran obra de la vida. Aparecen las verdades olvidadas y empieza una nueva educación del ser.
Soy capaz de comprender la eternidad y la espiritualidad y emergen sentimientos de mi verdadera humanidad.

6. Redescubrir.
A medida que reaprendemos, redescubrimos nuestros valores espirituales y recursos y, reconociendo que siempre estuvieron ahí, tomamos la resolución de utilizar estas verdades intrínsecas silenciosas, que son los cimientos de una mejor calidad de vida.
Soy un ser positivo, lleno de propósito, que tiene algo único que ofrecer a la vida..

7. Restablecer.
A medida que empezamos a usar estas verdades espirituales, se restablecen nuestras fortalezas y cualidades originales. Se produce una transición en la conciencia que permite que la confianza y la autoestima se conviertan en una forma natural de ser.
Me valoro como un ser de paz y de amor y sé que en mi interior dispongo de todas las cualidades que necesito para superar todos los retos de la vida.

8. Recargar.
El salto de conciencia que se produce cuando conectamos con nuestro ser interno espiritual es una poderosa manera de recargar las energías de la mente humana. Ésta se llena con una profunda tranquilidad que fluye en nuestros pensamientos y después se refleja en nuestras palabras y acciones. Se abre un mundo con una nueva visión en la que hay auto-dominio y aceptación de la vida tal como es.
Tengo la fortaleza interior de desprenderme de los enjuiciamientos, la insatisfacción, la impaciencia y para reemplazar las energías negativas con una perspectiva más positiva.
OM Shanti, Silvia
Es una colaboracion de 
Silvia Nora Devito 





La meditación desvela en nosotros, un segundo ser. Nos revela una fuerza que podemos experimentar, como experimentamos nuestra fuerza muscular estirando los brazos. La meditación debe tener por resultado, desarrollar esta fuerza mental.



En general nuestra actividad mental va acompañada de cierta pasividad. Dejamos a la naturaleza, que llene nuestro espíritu de pensamientos y dejamos a estos pensamientos que se desarrollen en nosotros.


Al contrario, quien practica la meditación, se prohíbe esta pasividad esforzándose por alimentar su conciencia de pensamientos precisos, elegidos por él, no dejando que se asocien al azar, sino, que los religa a voluntad, los unos a los otros, con ayuda de la fuerza que comporta la meditación. Esta fuerza se acrecienta entonces, como se acrecienta la fuerza muscular mediante el ejercicio y muy pronto se observa que la fuerza del pensamiento posee una cierta tensión, un cierto tacto y una cierta sensibilidad, de la misma manera que la fuerza muscular.


Cuando se llega a desarrollar el sentimiento interior de sí mismo, hasta el punto de experimentar el pensamiento como se suele experimentar la fuerza muscular, entonces el elemento del que hemos hablado más arriba y que evoca en el hombre un estado anterior, se presenta a la conciencia como un dato inmediato; entonces se comprueba la verdadera naturaleza del ser.


Después de haber experimentado de este modo en sí mismo el hombre superior, y sentido tan real como el hombre físico, uno se siente llevado a aplicar la misma fuerza del pensamiento acrecentada a los objetos exteriores del mundo.


Resumen extraído del libro “ ANTROPOSOFIA” de Rudolf Steiner
Aprender a querer meditar


En otras palabras, aprender a orientar el propio deseo.


Lo que se hace a disgusto se hace mal. Lo que se lleva a cabo con toda el alma y propia voluntad, requiere menos esfuerzo y redunda en mejores resultados que lo que se realiza por obligación, aunque sea impuesto por uno mismo. Hasta que la práctica de la meditación haya llegado a ser una gozosa necesidad, se debe dedicar algún tiempo a conseguir esa actitud previa, vale la pena estudiar la relación que existe entre voluntad y deseo. Según un antiguo adagio: “Detrás de la voluntad anida el deseo”. La voluntad es por sí misma una fuerza incolora e impersonal que actúa en buen o mal sentido a impulso de un deseo. Si estos están bien orientados, la voluntad se convierte en una poderosa fuerza benéfica proporcional a su grado de desarrollo, es decir a la actitud del individuo para aprovechar las ilimitadas reservas de fuerza que representa el universo. Para quien sus deseos sean altruistas esta capacidad de “conectar el propio cable” a la gran central del universo, será verdaderamente inconmensurable. La perfecta alineación de la voluntad y el deseo, permite a la voluntad universal tender sin desviación alguna, hacia el fin escogido. Cuando los deseos de los diversos “vehículos” de una persona entran en conflicto se produce un “complejo” con mayor o menor carga emocional según la fuerza de los deseos, pero si tu mirada es una sola, todo tu cuerpo quedara inundado de luz y desaparecerá, toda fricción.


Donde hay una voluntad hay un camino. “Querer es poder”. Un hombre que obra en conformidad con los deseos del corazón, puede hacer maravillas. Por eso es recomendable consagrar un poco de tiempo al fomento interno de los deseos ordenados, al desarrollo de la mente, examinando los múltiples aspectos que hacen deseable este desarrollo, de suerte que una vez dentro de la senda, el estudiante se encamine derecho y sin obstáculos al objetivo propuesto.


No existe una técnica particular para concretar los deseos, pero es evidente que nadie que haya encontrado oro, sigue escarbando para encontrar cobre, (salvo que no se dé cuenta que ya tiene el oro).


Entonces bastara ejercitarse en comparar honradamente el valor de lo practicado, con un fin espiritual, con lo que persigue un fin mundano. El deseo es la fuerza motriz de toda acción y es bueno o malo, según sus fines sean espirituales o sensuales. Comparando atentamente los frutos duraderos con los efímeros goces que nos reporta la satisfacción de los deseos inferiores, se conseguirá sublimar gradualmente, estos últimos y encausarlos por vías más elevadas hasta que la fuerza que nos impele hacia “abajo”, quede definitivamente y totalmente absorbida por los objetivos espirituales.


Hay otra razón para fomentar esta orientación de los deseos. El estudiante descubrirá que el deseo recto excluye por sí mismo, todo pensamiento ajeno al fin perseguido. Un hombre absorto en la audición de su sinfonía favorita, no se distrae con pensamientos o sucesos extraños a ella. Del mismo modo a un hombre cuyo deseo es lograr el desarrollo espiritual, no lo aparta de ese deseo, el mísero atractivo de cualquier pensamiento intruso.


Resumen extraído del libro “CONCENTRACION Y MEDITACION” de Christmas Humphreys


Resúmenes realizados por Lourdes Gonzalez


Como podrán ver esto también nos prepara de manera correcta para el buen uso de la ley de atracción, ya que se trata de alinear el deseo con la voluntad, orientados hacia el uso espiritual, y en armonía con el universo.


Si estas interesado en comenzar a practicar la meditación en forma seria, pronto estaré subiendo para que puedas comenzar a hacerlo, varias pautas que te servirán de guía.

viernes, 9 de julio de 2010

La felicidad es una eleccion


Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar. No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres tu destino. Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es: el pretexto de los fracasados. 






“El mundo es como una olla y el corazón es la cuchara;
según como lo muevas la comida saldrá buena o mala”
Dogen, maestro budista

Es muy difícil exagerar la importancia de un texto como “El libro tibetano de la vida y la muerte“: ha servido de inspiración a muchos profesionales de la salud aquí en Occidente, así como a profanos en la materia que han reconocido la importancia de lo que nos cuenta
su autor.

Sogyal Rimpoché es uno de los lamas más conocidos en el mundo occidental y en esta entrevista conoceremos un poco más de su pensamiento…

Para mí hay dos aspectos básicos que el lama Rimpoché destaca en la entrevista: por un lado, la importancia de la mente y su control para el budismo, y por otro la obsesión que tenemos casi siempre por
pensar exclusivamente en nosotros y en nuestros problemas, olvidándonos
de los demás
.

Lograr mantener la mente en calma, alejada de los apegos y los deseos, y preocuparnos por el resto de seres humanos. Fórmula para la felicidad para la que contamos además con una herramienta inestimable como es la meditación. Receta que, efectivamente, se ha demostrado
válida científicamente: los beneficios de la meditación están ampliamente
demostrados
a nivel experimental.

Sólo falta que nos convenzamos del todo…

Sogyal Rimpoché nació en Khan, en el Tibet oriental y fue reconocido enseguida como la reencarnación de un importante monje budista. Fue educado por destacados maestros y asistió a la pacífica
muerte
de muchos de ellos: enseñanzas que luego recogería en su libro.

Os dejo con sus palabras en esta entrevista de La Contra de la Vanguardia del 9/05/2005.

¿Por qué interesa tanto el budismo en Occidente?
Porque los occidentales no son tontos, claro.

¿Y qué vemos en el budismo?
Ustedes han visto ya cuánto sufrimiento mental padecen, y están descubriendo que el budismo puede ayudarles.

¿Sufrimiento mental?
Depresión, neurosis, infelicidad… ¿Por qué? ¿Por qué, si disponen de tanta riqueza, avances, tecnología, confort…?

Quizá porque todavía queremos más.
Vivirás en el mejor sobreático del mejor edificio sobre Central Park… y te tirarás por la ventana. ¿Por qué? Porque la felicidad sólo está en la mente.
Todo está en los pensamientos. ¡Es la mente la que crea el mundo!

¿Mi felicidad depende de mi mente?
Sí: sufrimiento y felicidad son creaciones mentales. Por eso la enseñanza principal del budismo es ésta: “¡Domestica tu mente!”.

¿Y en qué consiste eso?
En conquistar la mente: el budismo enseña a entrenarla para aplacar emociones negativas, angustia, descontento, infelicidad…

¿Sufrimiento, en suma?
Sí. Entrenando la mente, es posible llegar al extremo de que cualquier suceso deje de parecerte adverso… para ser una bendición.

¿Hasta ese punto? ¿Cómo conseguir eso?
A mí me ayudó esta frase que leí hace 30 años: “El agua, si no la remueves, se vuelve clara”. Pues bien, la mente es como el agua.

No hay que removerla.
La enturbian los pensamientos. Una mente calma es un cielo azul: los pensamientos son las nubes que lo tapan. ¡No te identifiques con esas nubes, y
busca ver el cielo!

Difícil: la vida es complicada y hay que darle tantas vueltas al coco…
¿Sí? “Todos los problemas del ser humano derivan de su incapacidad de sentarse
solo en una habitación”, escribió Pascal…

Pero consuela tanto estar distraídos…
Nos distraemos de nosotros mismos con pensamientos: son astucias del ego que nos apartan de nuestra esencia, son falsas visiones a las que nos aferramos,
nos apegamos.

¿Tanto nos autoengañamos?
Escuche este cuento que narró Buda… Un mercader tenía una bella esposa y un hijo pequeño. La esposa enfermó y falleció, y el mercader cifró toda su
felicidad en ese niño. Mientras estaba en un viaje, unos bandidos asolaron la
aldea y se llevaron al niño. A su regreso, el mercader vio un cuerpo de niño
calcinado y lo tomó por el de su hijo.

Pobre hombre, cuánta desgracia…
Practicó una ceremonia de cremación del hijo, y conservó las cenizas en una bolsita de seda. Trabajaba, comía y dormía aferrado a la bolsa y a su
desesperación, llorando…

Comprensible…
Un día su hijo escapó de los bandidos y llamó a la puerta del padre. Era medianoche y el padre sollozaba junto a las cenizas. “¡Soy yo, papá!”, gritó el
hijo. El padre pensó que alguien le gastaba una broma cruel, y no abrió. El
hijo llamó cien veces, inútilmente,hasta que se fue. ¡Nunca volvieron a verse!

Ya veo: nos apegamos a nuestra verdad…
… y no sabemos dar la bienvenida a la verdad en persona cuando llama a la puerta.

Pues ayúdeme a estar abierto y alegre.
Cada vez que vea o hable con otra persona, piense que esa persona es usted.

Buen ejercicio… Y difícil.
Entrene su mente en eso. Verá qué bien.

¿Y si yo me odio? Odiaré a todos, pues.
Haga este ejercicio: inspire, y a cada inspiración imagine que recoge usted todo el dolor, desgracia, angustia y sufrimiento de los otros; y espire, y a
cada espiración difunda hacia los otros bondad, consuelo, amor.

¡Se supone que el que estaba mal era yo!
Precisamente: tus males derivan de preocuparte tanto de ti mismo, del yo, yo, yo…

Pero si estoy sufriendo yo…
Yo, yo… ¡Ábrete al sufrimiento de los otros!: eso es la compasión. Y empieza a meditar: quieto, concéntrate en tu respiración, obsérvala, eso sosegará tu
mente. La práctica de la meditación conduce a la paz interna.

La panacea, lo que todos buscamos…
Lo que te digo no es cuestión de fe: te bastará con probarlo y saborearlo por ti mismo.

¿Qué tipo de paz interna es esa?
La falacia del ego se disuelve, las emociones negativas pasan… Eso es la sabiduría: como la compasión, está también dentro de ti.

¿Basta con ponerse a meditar?
Poquito a poco… Pero si lo intentas, te llenará de tanta alegría y fuerza que querrás seguir. Hoy los estudios médicos ya han probado los múltiples beneficios psicosomáticos de la meditación
(sabiduría) y del amor (compasión): el ritmo cardíaco se equilibra, el sistema
inmunológico se refuerza…

Entonces el Dalai Lama estará perfecto…
El Dalai Lama es un hombre bueno, y verle estimula a la humanidad a intentarlo.

La humanidad insiste en la barbarie, Occidente en especial: ¡no somos tan inteligentes!
Sí, sí lo sois, pero sucede que aún ponéis la inteligencia al servicio de la
ignorancia.

¿Qué ignoro?
Que puedes tomar la decisión de ser feliz.

Pero hay dolor, sufrimientos, heridas…
Sí, pero no seas ignorante: ¡no te dejes engañar por todo eso, no te identifiques con eso! Ésa es una visión errónea, ignorante.

No es nada fácil.
Ya: si hace mucho que no te duchas, al hacerlo saldrá mucha mugre y te asustarás. Si perseveras, el agua saldrá limpia. Persevera.

Ustedes no le piden nada a Dios, veo…
A la sabiduría y a la compasión que palpitan dentro de ti podrías llamarlas Dios.

martes, 6 de julio de 2010

Que puede hacer la meditación por ti






La mayoría de nosotros sabemos que la meditación diaria es "buena para ti".
Pero aparte de calmar tu mente, ¿qué más puede hacer la mediación?
Y la respuesta es: Mucho.

De hecho, tu salud física puede verse enormemente beneficiada;
ya que, actualmente, la meditación se está utilizando como
una herramienta para mejorar el bienestar de nuestro cuerpo y mente.

Y, ¿cómo puede hacerlo? Fácil, aqui tienes algunas de sus consecuencias...

1. Corazón Feliz: 

Se ha demostrado que meditar baja la frecuencia cardíaca,
aumenta la tolerancia al ejercicio en pacientes cardíacos, aumenta el flujo
de sangre del cuerpo y hasta ayuda a mantener baja la presión arterial.

2. Soplo de aire fresco: 

Meditar diariamente mejora tu relación con los pulmones haciendo que
utilicen el oxígeno más eficientemente.

3. El factor Serotonina:

Sí, la meditación diaria en realidad aumenta la cantidad de
"hormonas de la felicidad" que tu cuerpo produce.
Y esto significa no solo un mejor estado de ánimo sino también
un impulso natural para personas que tratan con problemas de
bajo nivel de serotonina, como dolores de cabeza,
insomnio, depresión y obesidad.
Colaboracion de 




Dolor

El dolor es la consecuencia de negar los principios básicos de la vida, que incluyen: auto-respeto, amabilidad y generosidad.

Además, el dolor en sus diversas formas es una consecuencia directa del auto-engaño. Los engaños son ilusiones que creemos que son reales. Un auto-engaño clásico es el de creer que alguien o algo fuera de mí puede crear mi estado de felicidad.

La posición, el rol, el talento o el logro son sólo temporales, y pasajeros. La dependencia de estos aspectos finalmente trae dolor en la forma de decepción, vacío o resentimiento.

¿Por qué creemos en estos de una manera tan absoluta?

Un principio: no podemos tomar felicidad, satisfacción o amor desde el exterior del ser.

El primer paso para expresar la felicidad con los demás es experimentarla como la naturaleza original del ser. Entonces podemos compartirla con los demás incondicionalmente, creando un estado duradero de felicidad.

El dolor vuelve a aparecer cuando olvidamos nuestro ser original y cuando rechazamos aprender.

Para recordar y retornar a nuestros propios recursos espirituales y a la Fuente Suprema, tenemos que aprender a ver a través de esos engaños e ilusiones, con el discernimiento claro que surge del silencio interior.


OM Shanti, Silvia
Colaboración de Silvia 


LOS OCHO PASOS

<b>
Para ayudar a que los practicantes desarrollen
esta meditación, los comentadores y maestros de meditación han indicado ocho pasos
progresivos en la práctica. Estos ocho pasos serán enumerados primero, y luego,
explicados en relación con el proceso meditativo real.


Los nombres de los ocho pasos son:

conteo (gananà); seguimiento (anubandhana);
contacto (phusana); fijación (thapana); observación (sallakkhana); alejamiento
(vivattana), purificación (parisuddhi); y retrospección (patipassanà).

Los ocho cubren el curso completo del desarrollo
meditativo hasta alcanzar el estado de Arahat.
(i) Conteo (gananà)

El conteo se indica para aquellas personas que
nunca antes han practicado ànàpàna-sati. No es necesario para quienes han
practicado meditación durante un período considerable de tiempo. Sin embargo,
como es necesario tener un conocimiento de esto, el conteo debe entenderse de
la siguiente manera.

Cuando un meditador se sienta a meditar, fija su
atención en la punta de su nariz y atiende conscientemente a la secuencia de
inhalación y exhalación. Nota mientras el aire entra, y nota cuando sale,
tocando nuevamente la punta de su nariz o el labio superior. En este momento
empieza a contar estos movimientos.

Hay cuatro métodos de conteo. El más fácil se
explica así: La primera inhalación-exhalación que se siente se cuenta
"uno, uno"; la segunda "dos, dos"; la tercera "tres, tres";
la cuarta "cuatro, cuatro", la quinta "cinco, cinco", y así
hasta la décima inhalación que se cuenta "diez, diez". Luego vuelve a
"uno, uno" y continúa hasta "diez, diez". Esto se repite
una y otra vez del uno al diez.

En si, el sólo hecho de contar no es la
meditación, pero el conteo ha llegado a ser un auxiliar esencial para la
meditación. Una persona que no ha practicado meditación antes, al encontrar
difícil de entender la naturaleza de su mente, podría pensar que está meditando
mientras que su mente corre a troche y moche. El conteo es un método fácil para
controlar la mente errante.

Si una persona fija bien su atención en su
meditación, puede mantener correctamente el conteo. Si su mente vuela en todas
direcciones, y pierde el conteo, esa persona se confunde y así puede darse
cuenta de que su mente ha divagado. Si la mente pierde contacto con el conteo,
el meditador debe comenzar nuevamente a contar. De esta manera deberá iniciar
nuevamente el conteo desde el principio, aun si se equivoca mil veces.

Conforme se desarrolla la práctica, puede haber un
tiempo en el que la inhalación y la exhalación son más frecuentes y no es
posible repetir el mismo número muchas veces. Entonces, el meditador tiene que
contar rápidamente "uno", "dos", "tres", etc. Cuando
cuenta de esta manera puede comprender la diferencia entre la inhalación y
exhalación prolongada y la inhalación y exhalación breves.

(ii) Seguimiento (anubandhana)

"Seguimiento" significa seguir la
respiración con la mente. Cuando la mente ha sido sometida por el conteo y está
fija en la inhalación y exhalación, el conteo se detiene y se reemplaza por el
seguimiento mental del curso de la respiración. Esto está explicado por el
Buddha de la siguiente forma:

"Cuando el meditador inhala prolongadamente
comprende que está inhalando prolongadamente; y cuando está exhalando
prolongadamente, comprende que está exhalando prolongadamente."

Aquí, uno no toma deliberadamente una inhalación
prolongada o una exhalación prolongada. Uno simplemente comprende lo que está
ocurriendo en realidad.

En el siguiente pasaje, el Buddha ha declarado que
un meditador se entrena a sí mismo pensando:

"Inhalaré experimentando la totalidad del
cuerpo, y exhalaré experimentando la totalidad del cuerpo."

Aquí, "la totalidad del cuerpo"
significa el ciclo completo de inhalación y exhalación.
El meditador debe fijar su atención de tal forma
que pueda ver el principio, el medio y el final de cada ciclo de inhalación y
exhalación. Es esta la práctica llamada "experimentando la totalidad del
cuerpo."
El principio, el medio y el final de la
respiración deben entenderse correctamente. Es incorrecto considerar la punta
de la nariz como el principio de la respiración, el pecho como el centro, y el
obligo como el final. Si uno intenta rastrear la respiración desde la nariz a
través del pecho hasta el vientre, o seguirla en su salida desde el vientre a
través del pecho hasta la nariz, la concentración de uno será interrumpida y la
mente se volverá agitada. El principio de la inhalación, entendida
adecuadamente, es el inicio de la inhalación, el medio es la continuación de la
inhalación y el fin es cuando se ha completado la inhalación. De igual forma,
respecto a la exhalación, el inicio es el principio de la exhalación el medio
es la continuación de la exhalación y el fin es cuando se ha completado la
exhalación. "Experimentar la totalidad del cuerpo" significa estar
alerta al ciclo completo de cada inhalación y exhalación, manteniendo la mente
fija en el punto alrededor de las fosas nasales o en el labio superior, en
donde se siente la entrada y la salida del aire.

Este trabajo de contemplación de la respiración en
el área que circunda las fosas nasales, sin seguir su entrada y salida del
cuerpo, se ilustra en los comentarios con los ejemplos del portero y la sierra.

Así como el portero examina a cada persona que
entra y sale de la ciudad sólo mientras pasa a través de la puerta, sin
seguirlo hacia adentro o hacia afuera de la ciudad, así el meditador debe estar
atento a cada respiración sólo mientras pasa a través de las fosas nasales, sin
seguirlo al interior o al exterior del cuerpo.

Así como un hombre aserrando un tronco mantendrá
su atención fija en el punto en donde los dientes de la sierra cortan a través
de la madera, sin seguir el movimiento de los dientes hacia adelante y atrás,
así el meditador debe contemplar la respiración como va y viene alrededor de
las fosas nasales, sin dejar que su atención se distraiga por el paso interior
y exterior de la respiración a través del cuerpo.

Cuando una persona medita seriamente de esta
forma, viendo el proceso entero, un gozoso estremecimiento penetra su mente. Y
ya que la mente no vaga, todo el cuerpo se calma, sintiéndose fresco y
confortable.

(iii) Contacto (phusana) y (iv) Fijación (thapana)

Estos dos aspectos de la práctica indican el
desarrollo de una concentración más fuerte. Cuando se mantiene la atención
plena en la respiración, la respiración en sí llega a ser más y más sutil y
tranquila. Como resultado, el cuerpo se calma y cesa la sensación de fatiga. El
dolor corporal y el adormecimiento desaparecen, y el cuerpo comienza a sentir
un confort estimulante, como su hubiera sido rociado con una brisa fresca y
suave.

En ese momento, debido a la tranquilidad de la
mente, la respiración se vuelve cada vez más fina hasta que parece que ha
cesado. A veces esta condición se prolonga durante muchos minutos. Esto es
cuando la respiración deja de ser "sentida". En este momento es
cuando algunas personas se sienten alarmadas pensando que su respiración ha
cesado, pero no es así. La respiración existe, pero en una forma muy delicada y
sutil. No importa cuán sutil llegue a ser la respiración, uno debe mantenerse
atento todavía al contacto (phusana) del aire en el área de las fosas nasales
sin perder noción de ello. La mente se libera entonces de los cinco obstáculos
-deseo sensual, enojo, somnolencia, agitación y duda. Como resultado uno se
siente calmado y gozoso.

Ésta es la etapa en que los "signos" o
imágenes mentales aparecen anunciando el triunfo de la concentración. Primero
viene el signo del aprendizaje (uggaha-nimitta), luego el signo de la
contraparte (patibhàga-nimitta). Para algunos, el signo aparece como una mota
de algodón, como una luz eléctrica, una cadena de plata, como neblina o como
una rueda. Al Buddha se le apareció como la clara y brillante luz del sol de
medio día.

El signo del aprendizaje es inestable, se mueve
aquí y allá, arriba y abajo. Pero el signo de la contraparte que aparece en el
punto donde terminan las fosas nasales es fijo, quieto, sin movimiento . En
este momento no hay obstáculos, la mente es de lo más activa y extremadamente
tranquila. Esta etapa es explicada por el Buddha cuando manifiesta que uno
inhala tranquilizando la actividad del cuerpo, uno exhala tranquilizando la
actividad del cuerpo.

El surgimiento del signo de la contraparte y la
supresión de los cinco obstáculos marca el logro del acceso a la concentración
(upacàra-samàdhi). Posteriormente, conforme se desarrolla la concentración, el
meditador logra la completa absorción (appanà-samàdhi), comenzando con la
primera jhàna. Con la práctica del ànàpàna-sati pueden lograrse cuatro etapas
de absorción es decir, la primera, segunda, tercera y cuarta jhànas. A estas
etapas de concentración profunda se les llama "fijación" (thapana).

(v) Observación (sallakkhana)-(viii)
Recapitulación (patipassanà)

Una persona que ha alcanzado una jhàna no deberá
detenerse ahí, sino continuar hasta desarrollar la meditación de introspección
(vipassanà). A las etapas de introspección se les llama "observación"
(sallakhana). Cuando la introspección logra su clímax, el meditador alcanza los
senderos supramundanos, comenzando con la etapa de la entrada en la corriente.
Debido a que estos senderos alejan los grilletes que lo unen a uno al ciclo de
nacimiento y muerte, se les llama "alejamiento" (vivattana).

Los senderos son seguidos por su respectivo estado
de fruición; esta etapa es llamada de la "purificación" (parisuddhi)
ya que uno ha sido limpiado de sus impurezas. De ahí en adelante uno logra la
etapa final, el conocimiento de recapitulación, llamado retrospección
(patipassanà) ya que uno ve hacia atrás el propio camino de progresos y logros,
en su totalidad. Ésta es una revisión breve de las etapas principales a lo largo
del camino al Nibbàna, basado en la meditación de ànàpàna-sati. Ahora
examinemos el curso de la práctica en términos de las siete etapas de
purificación.



LAS SIETE ETAPAS DE PURIFICACIÓN

La persona que ha asumido la práctica comienza
estableciéndose a sí misma en un código moral adecuado. Si es un laico, primero
establece los cinco preceptos o los diez preceptos. Si es un bhikkhu, comienza
su meditación mientras mantiene escrupulosamente el código moral prescrito para
él. La observancia ininterrumpida de su código moral respectivo constituye la
purificación de la moralidad (sìla-visuddhi).
Después, él se aplica a su tópico de meditación, y
como resultado, los obstáculos llegan a ser subyugados y la mente se fija en la
concentración. Esta es la purificación de la mente (citta-visuddhi) - la mente
en la que los obstáculos ya han sido superados completamente - e incluye tanto
el acceso a la concentración como las cuatro jhànas.

Cuando el meditador está bien establecido en la
concentración, el siguiente paso es volver su atención a la meditación de
introspección. Para desarrollar la introspección en base del ànàpàna-sati, el
meditador considerará primero que este proceso de inhalar y exhalar es
únicamente forma, una serie de eventos corporales -no un "yo" o ego.
Los factores mentales que contemplan la respiración son, en cambio, sólo mente,
una serie de eventos mentales -no un "yo" o ego. Esta discriminación
de mente y materia (nàma-rùpa) es llamada la purificación de la visión
(ditthi-visuddhi).

Aquel que ha llegado a esta etapa comprende el
proceso de inhalación y exhalación por medio de las condiciones de surgimiento
y cesación de los fenómenos corporales y mentales involucrados en el proceso de
la respiración. Este conocimiento, que llega a extenderse a todos los fenómenos
corporales y mentales en términos de su surgimiento dependiente, se llama la
comprensión de las condiciones. Conforme madura el entendimiento, se desvanecen
todas las dudas concebidas por él, en relación al pasado, futuro y presente. Por
lo tanto, esta etapa es llamada "purificación mediante la trascendencia de
las dudas."

Después de haber entendido las relaciones causales
de mente y materia, el meditador procede a la meditación de introspección, y en
su momento surge la sabiduría "viendo el surgir y cesar de las
cosas". Cuando el meditador inhala y exhala, ve los estados corporales y
mentales surgiendo y cesando de existir momento a momento. Conforme se vuelve
más clara esta sabiduría, la mente se ilumina y surgen la felicidad y la tranquilidad,
junto con la fe, el esfuerzo, la atención plena, la sabiduría y la ecuanimidad.

Cuando aparecen estos factores, él reflexiona en
ellos, observando sus tres características de impermanencia, sufrimiento y
ausencia de ego. A la sabiduría que distingue entre los resultados regocijantes
de la práctica y la tarea de la contemplación sin apego, se le llama
"purificación por el conocimiento y la visión del verdadero sendero y del
falso sendero" Su mente, purificada así, ve muy claramente el surgimiento
y cesación de la mente y la materia.

Luego ve, con cada inhalación y exhalación, el
rompimiento de los fenómenos concomitantes mentales y corporales, los cuales
aparecen exactamente como la explosión de las burbujas en una olla con arroz
hirviente, o como el rompimiento de las burbujas cuando llueve en un charco de
agua, o como el crujir de las semillas de mostaza o ajonjolí cuando se las pone
en una sartén al rojo vivo. Esta sabiduría que ve el rompimiento constante e
instantáneo de los fenómenos mentales y corporales es llamada "el
conocimiento de disolución". A través de esta sabiduría se adquiere la
habilidad de ver cómo todos los factores de la mente y el cuerpo en todas
partes del mundo surgen y desaparecen.

Luego surge en él la sabiduría que ve todos estos
fenómenos como un espectáculo temible. Ve que en ninguna de las esferas de
existencia, ni siquiera en los planos celestiales, hay un placer o felicidad
genuinos, y comprende el infortunio y el peligro.

Entonces concibe una repugnancia hacia toda la
existencia condicionada.

Emerge en él un urgente deseo de liberarse del
mundo y un intenso deseo de liberación. Luego, al considerar los medios para
liberarse a sí mismo, surge ahí en él un estado de sabiduría que inmediatamente
capta la impermanencia, el sufrimiento y la ausencia de ego, y conduce a
niveles sutiles y profundos de introspección.

Ahora aparece en él la compresión de que los
agregados de la mente y el cuerpo que aparecen en todos los sistemas del mundo
están afligidos por el sufrimiento, y se da cuenta de que el estado de Nibbàna,
que trasciende el mundo, es enormemente pacífico y confortante. Cuando
comprende esta situación, su mente alcanza el conocimiento de la ecuanimidad
acerca de las formaciones. Éste es el clímax de la meditación de introspección,
llamada "purificación por el conocimiento y visión de progreso."

Conforme se vuelve inmutable, aumenta su destreza
en la meditación, y cuando sus facultades están totalmente maduras entra al
proceso cognitivo del sendero de la entrada en la corriente (sotàpatti). Con el
sendero de la entrada en la corriente, él realiza Nibbàna y comprende
directamente las Cuatro Nobles Verdades. El sendero es seguido por dos o tres
momentos del fruto de la entrada en la corriente, por los cuales él disfruta de
los frutos de su logro. De ahí en adelante surge ahí el conocimiento de
recapitulación, por medio del cual él reflexiona en su progreso y su logro.

Si uno continúa la meditación con aspiración
seria, desarrollará de un modo nuevo las etapas del conocimiento de
introspección y realiza los tres más elevados senderos y sus frutos: del que
retorna una vez más, del que no retorna y del Arahat. Estos logros, junto con
la entrada en la corriente, forman la séptima etapa de purificación,
purificación por el conocimiento y visión. Con cada uno de estos logros se da
cuenta plenamente del significado de las Cuatro Nobles Verdades, que hasta
entonces había sido inalcanzado a lo largo de la propia permanencia prolongada
en el ciclo de renacimientos. Como resultado, todos las impurezas contenidas en
la mente son arrancadas y destruidas, y la mente de uno se vuelve completamente
pura y limpia. Entonces, uno realiza el estado de Nibbàna, en el que uno es
liberado de todo el sufrimiento de nacer, envejecer y morir, del pesar, de la
lamentación, del dolor, de la aflicción y desesperación.


CONCLUSIÓN


Nacimientos como los nuestros son raros en el
samsàra. Hemos sido afortunados de encontrar el mensaje del Buddha, de
disfrutar la asociación con buenos amigos, de tener la oportunidad de escuchar
el Dhamma. Como hemos estado dotados con todos estas bendiciones, si nuestras
aspiraciones maduran, podemos alcanzar, en esta vida, el objetivo final del
Nibbàna a través de sus etapas graduales de la entrada en la corriente, del que
retorna una vez, del que no retorna y del estado de Arahat. Por lo tanto,
hagamos que nuestra vida fructifique desarrollando regularmente la meditación
del ànàpàna-sati. Habiendo recibido las instrucciones adecuadas de cómo
practicar este método de meditación, uno deberá purificar la propia virtud
moral, observando los preceptos y ofreciendo la propia vida a la Triple Joya.
Uno deberá elegir un tiempo conveniente para la
meditación y practicar con la mayor regularidad, reservando el mismo período de
tiempo cada día para la propia práctica. Uno podría comenzar reflexionando
brevemente sobre las abundantes virtudes del Buddha, extendiendo la
benevolencia hacia todos lo seres, reflexionando en el aspecto repulsivo del
cuerpo y considerando la inevitabilidad de la muerte. Luego, haciendo emerger
la confianza de que uno está caminando por el sendero hacia el Nibbàna,
transitado por todos los iluminados del pasado, deberá progresar en el camino
de la meditación y esforzarse con diligente empeño.